LA HISTORIA
En las oscuras tierras de Transilvania, las leyendas sobre vampiros se entrecruzan con la realidad de hombres y mujeres que pasaron a formar parte de la espeluznante historia de los asesinos en serie.
Una de estas mujeres fue Erzsébet, la peor depredadora que ha tenido la historia del crimen.
Erzsébet nació en Hungría en 1560, en el seno de una de las familias aristocráticas más importantes de Transilvania.
Desde su infancia estuvo en contacto con la alquimia y el esoterismo.
Al casarse a los quince años, se trasladó a un solitario castillo donde quedó recluída. Su marido, un soldado, se ausentaba durante prolongadas temporadas debido a las constantes guerras que asolaban al país.
La existencia de la condesa se hizo tediosa y solitaria.
Tras los muros del castillo Erzsébet se rodeó de extraños sirvientes con los que practicó experimentos relacionados con la alquimia. Entre ellos una bruja y su antigua nodriza, quienes le aconsejaron el uso de la sangre para evitar los efectos del paso del tiempo
La locura y el sadismo se apropiaron del espíritu de la condesa. Su primer víctima fue una sirvienta que le tiró del pelo mientras la peinaba. Erzsébet no dudó en desangrar a la pobre infeliz y prepararse una bañera con su sangre en la que se sumergió para lograr que su piel permaneciera tersa y joven. Para no frotarse con toallas que disminuyeran el efecto de la sangre, obligaba a sus sirvientas a lamerle el cuerpo. Si alguna de ellas evidenciaba repugnancia, la torturaba hasta la muerte.
Durante más de diez años, los campesinos vieron el carruaje de la condesa deambular por sus tierras en busca de muchachas a las que mediante engaños, o bien drogándolas, las llevaba a su castillo del que nunca saldrían con vida.
La gran cantidad de cadáveres primero fueron enterrados cuidadosamente, pero luego fueron arrojados por los campos sin el menor reparo.
Pero Erzsébet cometió un grave error, al acabarse las campesinas, se metió con las jóvenes aristocráticas. Fue entonces investigada y hallada culpable.
La sentenciaron a vivir recluída, emparedada en su propio castillo, sin poder ver la luz del día, aislada completamente, con una sola rendija por la que recibía la comida.
Terminaba así la historia de la Condesa Sangrienta, cargando en su conciencia más de 650 asesinatos y torturas escalofriantes. La supuesta belleza que su nodriza le había prometido de nada le sirvió en su tumba.
LA FANTASIA
"Carmilla", de Joseph Sheridan Le Fanu, se publicó en 1872.
Laura, la joven protagonista de este cuento de vampiros vive asilada en un vetusto castillo junto a su padre y a los sirvientes.
Carmilla, personaje inspirado en la temible Erzsébet, aparece en escena cuando Laura cuenta con tres años. La acuna, le clava sus colmillos y huye,
Reaparece trece años después, cuando su carruaje simula tener un accidente cerca del castillo de Laura y Carmilla debe permanecer allí hasta su restablecimiento.
Nace entonces un inusual romance entre Laura y Carmille, la mujer vampiro.
En las oscuras tierras de Transilvania, las leyendas sobre vampiros se entrecruzan con la realidad de hombres y mujeres que pasaron a formar parte de la espeluznante historia de los asesinos en serie.
Una de estas mujeres fue Erzsébet, la peor depredadora que ha tenido la historia del crimen.
Erzsébet nació en Hungría en 1560, en el seno de una de las familias aristocráticas más importantes de Transilvania.
Desde su infancia estuvo en contacto con la alquimia y el esoterismo.
Al casarse a los quince años, se trasladó a un solitario castillo donde quedó recluída. Su marido, un soldado, se ausentaba durante prolongadas temporadas debido a las constantes guerras que asolaban al país.
La existencia de la condesa se hizo tediosa y solitaria.
Tras los muros del castillo Erzsébet se rodeó de extraños sirvientes con los que practicó experimentos relacionados con la alquimia. Entre ellos una bruja y su antigua nodriza, quienes le aconsejaron el uso de la sangre para evitar los efectos del paso del tiempo
La locura y el sadismo se apropiaron del espíritu de la condesa. Su primer víctima fue una sirvienta que le tiró del pelo mientras la peinaba. Erzsébet no dudó en desangrar a la pobre infeliz y prepararse una bañera con su sangre en la que se sumergió para lograr que su piel permaneciera tersa y joven. Para no frotarse con toallas que disminuyeran el efecto de la sangre, obligaba a sus sirvientas a lamerle el cuerpo. Si alguna de ellas evidenciaba repugnancia, la torturaba hasta la muerte.
Durante más de diez años, los campesinos vieron el carruaje de la condesa deambular por sus tierras en busca de muchachas a las que mediante engaños, o bien drogándolas, las llevaba a su castillo del que nunca saldrían con vida.
La gran cantidad de cadáveres primero fueron enterrados cuidadosamente, pero luego fueron arrojados por los campos sin el menor reparo.
Pero Erzsébet cometió un grave error, al acabarse las campesinas, se metió con las jóvenes aristocráticas. Fue entonces investigada y hallada culpable.
La sentenciaron a vivir recluída, emparedada en su propio castillo, sin poder ver la luz del día, aislada completamente, con una sola rendija por la que recibía la comida.
Terminaba así la historia de la Condesa Sangrienta, cargando en su conciencia más de 650 asesinatos y torturas escalofriantes. La supuesta belleza que su nodriza le había prometido de nada le sirvió en su tumba.
LA FANTASIA
"Carmilla", de Joseph Sheridan Le Fanu, se publicó en 1872.
Laura, la joven protagonista de este cuento de vampiros vive asilada en un vetusto castillo junto a su padre y a los sirvientes.
Carmilla, personaje inspirado en la temible Erzsébet, aparece en escena cuando Laura cuenta con tres años. La acuna, le clava sus colmillos y huye,
Reaparece trece años después, cuando su carruaje simula tener un accidente cerca del castillo de Laura y Carmilla debe permanecer allí hasta su restablecimiento.
Nace entonces un inusual romance entre Laura y Carmille, la mujer vampiro.
Comentarios
Publicar un comentario