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Mostrando entradas de octubre, 2017

AUTOPSIA

La noche como un manto negro, desciende sobre el silencioso castillo. Unas pocas velas encendidas atestiguan la presencia de tres personas, oscuras y misteriosas. Reunidos alrededor del calor que emana de la enorme chimenea, cada uno de ellos está ensimismado en sus pensamientos. El conde, delgado y de piel cetrina, simula leer el periódico del día. Su hija Cornelia, de figura insulsa y blanco de las burlas de todos los jóvenes del condado, borda a desgano. El jorobado, un huérfano que vive en el castillo gracias a la generosidad de Cornelia, sirve un té de hibisco a la joven y un brandy al conde. Cornelia odia a su padre, siempre indiferente a sus miedos y a sus angustias.Siempre violento con su madre. "Hoy es el día", piensa entre puntada y puntada. La última campanada del reloj de pie anuncia la medianoche, la hora de las brujas. El conde, con voz gélida, da las buenas noches y con paso cansino se retira a su habitación. Desde la muerte de su esposa, hacía ya

MACABRO DESTINO

Cierta noche de luna llena, en un sombrío paraje cercano al cementerio del pueblo, una mujer a punto de parir se retuerce de dolor. Está sola, abandonada y ya nada tiene sentido en su vida, sólo ese pequeño a punto de nacer. Caminó todo el día por senderos desolados y ahora, amparada por el follaje de un árbol, encuentra un breve solaz. El murmullo de las aguas de un río que corre a escasos metros del refugio ocasional no logra poner paz en su alma convulsionada. Una flor de un vistoso color rojo se desprende de una de las ramas y cae en el abultado abdomen. Al cesar la contracción, dolor lacerante que quema y devora, la descubre. Grita espantada al reconocerla, levanta la vista hacia la copa del árbol en cuyo rugoso tronco se apoya y comprueba la terrible verdad: es un aliso negro, el árbol del demonio. Los brujos quemaban sus ramas, teniendo especial cuidado de recoger luego los restos carbonizados. Con ellos y sus flores rojas, trazaban un círculo e invocaban al de

LA MAGIA DEL UNICORNIO

"Las estrellas eran unicornios dorados cabalgando en prados azules". William Faulkner "La caza del Unicornio" El rastro del Unicornio es tan antiguo como el mundo. Viejas pinturas cristianas lo describen entre los animales del Paraíso Terrenal, el primero que recibió su nombre. Se dice que orgulloso y solitario, no quiso subir al Arca de Noé. Pero igualmente sobrevivió al diluvio. Cuenta la leyenda que la única forma de cazar al Unicornio para obtener su preciado cuerno, antídoto contra todos los venenos, purificador y afrodisíaco, era que descansara su cabeza sobre el regazo de una virgen. La rendición del poder a la virtud. Durante la Edad Media se creía que su cuerno curaba enfermedades, lo cual hacía longevo a quien se lo administrara; los nobles de la época buscaban este don consumiendo el mágico cuerno en forma de polvo en la comida y bebida, preferentemente en una copa hecha del mismo material. Por obtener este remedio contra la muerte se pagaban

EL CASTILLO DE CORAL, parte lll

Erin tardó varios días en desmalezar el jardín, podar los diferentes arbustos y plantas trepadoras, cortar el césped, que en algunos lugares parecía devorar las exquisitas orquídeas, de pétalos densos y brillantes; y los delicados lirios blancos. Trabajaba cantando y con esperanza. Una noche de tormenta, mientras estaba ordenando el laboratorio de la misteriosa bruja, a la que no volvió a ver desde su llegada al Castillo de Coral, le llamó la atención un libro de gastada tapa de cuero que descansaba sobre un atril de plata. Comenzó a hojearlo con mucho respeto, si bien no sabía leer, las ilustraciones de botánica, astrología y cosmología, captaron su curiosidad. _ ¿Qué haces?_ la voz estridente y autoritaria lo hizo temblar. Al volverse se encontró cara a cara con los ojos afilados de un cuervo que lo observaba desde el macizo escritorio desbordante de pergaminos, tinteros y plumas de ave. _ ¿Qué haces? _ repitió. Erin, ante la sorpresa, se paralizó; la respuesta, atraga

EL CASTILLO DE CORAL, parte ll

Pronto llegó la festividad de Beltane, la celebración del Buen Fuego que marcaba el comienzo del verano pastoral, cuando los campesinos llevaban las manadas de ganado a las tierras de pasto de las montañas. Erin y sus hermanos se aprestaron a participar muy entusiasmados. El trayecto fue duro para el muchacho que se desplazaba con la ayuda de las muletas, pero en ningún momento decayó su ánimo. Entre cánticos y risas llegaron a su destino. Al atardecer encendieron grandes hogueras, símbolos de la fiesta. Mientras compartían una cerveza fresca y turbia, algunos hombres comentaron sobre la existencia de un misterioso Castillo de Coral oculto entre esas montañas. _ Dicen que allí vive una bruja poderosa capaz de volar, de manipular el fuego y exponerse a él sin recibir daño alguno. _ Además domina los ríos y las tormentas _ agregó un desdentado. _ Pero lo más increíble es que puede tomar la forma de cualquier animal, se puede hacer invisible y puede volver a la vida a los

EL CASTILLO DE CORAL, parte l

Irlanda, 1300 El muchacho trabajó duramente desde antes de la salida del sol en la tierra arrendada al señor feudal. Debía sacar de ella el máximo provecho, los intransigentes administradores siempre le exigían más y más... Erin contaba con trece años y ya ere el jefe de su hogar. Su padre había muerto apuñalado hacía unos meses en una trifulca de ebrios en la taberna del pueblo. Su pobre madre apenas lo lloró, en realidad se sintió aliviada de librarse de ese hombre pendenciero que sólo le provocaba dolores de cabeza. Erin lamentó la muerte de su padre, el pesado trabajo del campo ahora dependería exclusivamente de él. El agobio de semejante responsabilidad lo abrumó. La existencia de toda su familia, su madre y sus dos hermanitos, estaban sujetos a su esfuerzo. Si no rendía lo suficiente, el terrateniente los echaría sin piedad de la propiedad y...¡qué sería de ellos!. Sin embargo, el mal presentimiento de Erin cayó por tierra cuando a la mañana siguiente al ent