Al principio de los tiempos, cuando todo era oscuridad y abismo, sólo
existía un gran Arbol Cósmico. Sus raíces raíces sostenían dos grandes
Reinos: el Fuego y la Niebla. Entre los dos reinos, un caldero con agua
burbujeante alimentaba los doce ríos que flotaban sobre el abismo, y que
al pricipitarse en él forman gigantes bloques de hielo. Surge,
entonces, la Madre de la Creación. Ella derrite el hielo y de las gotas
del hielo derretido nace el gigante Ymir.
Los gigantes de hielo dominan los Reinos y de su unión surgen los dioses: Odín, se proclama dios de dioses. Es él quien mata al gigante Ymir:
“De la carne de Ymir la tierra fue creada,
y de sus huesos las rocas,
la bóveda del cielo fue hecha con el cráneo del gigante de hielo,
y el mar se formó con su sangre”
Del cadáver de Ymir brotaron gusanos blancos y negros. Los primeros se transformaron en hadas de aire, gráciles y traviesas; de los segundos, elfos subterráneos, oscuros y malignos.
En Irlanda, las leyendas sostienen que las hadas son ángeles caídos que fueron expulsados por el Todopoderoso, a causa de su orgullo y desprecio por sus postulados.
Así, algunos cayeron en el mar y fueron las Sirenas; otros, a Tierra y fueron las Hadas; y otros, en cuevas y fosas, transformándose en criaturas subterráneas.
Las Hadas de la Tierra y el Agua, son bellas y generosas, si se respetan sus principios. No causan daño a menos que se las moleste y se les impida danzar tranquilas en sus predios bajo la luz de la luna.
Los gigantes de hielo dominan los Reinos y de su unión surgen los dioses: Odín, se proclama dios de dioses. Es él quien mata al gigante Ymir:
“De la carne de Ymir la tierra fue creada,
y de sus huesos las rocas,
la bóveda del cielo fue hecha con el cráneo del gigante de hielo,
y el mar se formó con su sangre”
Del cadáver de Ymir brotaron gusanos blancos y negros. Los primeros se transformaron en hadas de aire, gráciles y traviesas; de los segundos, elfos subterráneos, oscuros y malignos.
En Irlanda, las leyendas sostienen que las hadas son ángeles caídos que fueron expulsados por el Todopoderoso, a causa de su orgullo y desprecio por sus postulados.
Así, algunos cayeron en el mar y fueron las Sirenas; otros, a Tierra y fueron las Hadas; y otros, en cuevas y fosas, transformándose en criaturas subterráneas.
Las Hadas de la Tierra y el Agua, son bellas y generosas, si se respetan sus principios. No causan daño a menos que se las moleste y se les impida danzar tranquilas en sus predios bajo la luz de la luna.
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