Su vida está repleta de misterios. Una leyenda cuenta que fue engendrado
por un demonio que se unió ilícitamente a una monja. Fue concebido para
conducir al hombre hacia la oscuridad, pero al crecer, Merlín hizo lo
contrario. Se convirtió en el guía espiritual de su época y en el
consejero de diferentes reyes, destacándose Arturo de Camelot. Se lo
considera el mago más poderoso de la epopeya artúrica: era capaz de
hablar con animales, cambiar de forma, hacerse invisible y hasta de
controlar el clima.
“Conocía la esencia de todas las cosas, su transformación y su renovación, conocía el secreto del Sol y la Luna, las leyes que rigen el curso de las estrellas en el firmamento, las imágenes mágicas de las nubes y el aire y el mar. Conocía los demonios que envían sueños bajo la luna. Comprendía la resurrección del Ave Fénix. Podía interpretar el vuelo de los cuervos, el rumbo de los peces y las ideas ciegas de los hombres. Tenía el don de la profecía”. Extraído de la novela “Lancelot y Ginebra”.
EL FIN DE MERLIN
Nimue era una poderosa hada que vivía en el lago de Comper. Fue ella quien le dio Excalibur a Arturo y fue quien crió a Lancelot y lo convirtió en caballero. Lancelot, el hombre que conquistó el corazón de Ginebra traicionando a Arturo.
Cierto día Merlín se internó en el bosque buscando paz y sosiego. Cerca de la fuente de Bareton conoció a la bella Nimue y se enamoró de ella. El le propuso que se convirtiera en su alumna y ella aceptó gustosa.
Cierta vez, Nimué con aire ingenuo le formuló la siguiente pregunta:
"Mi Señor, ¿cómo puedo aprisionar a un hombre sin muros ni cadenas?".
Merlín, asombrado, al principio se mostró remiso en enseñarle el secreto, pero finalmente bajo el influjo de sus encantos, le reveló el hechizo.
Con astucia, el hada, comenzó a entonar una bella melodía que durmió a Merlín al pie de un roble.
Luego, Nimué dibujó nueve círculos sobre él creando una prisión de la que no podría salir jamás.
Desde entonces, Merlín, el gran mago, yace en la Isla de las Hadas, sin vivir, sin morir...y sólo será liberado cuando un mago de corazón puro destruya el sortilegio...
“Conocía la esencia de todas las cosas, su transformación y su renovación, conocía el secreto del Sol y la Luna, las leyes que rigen el curso de las estrellas en el firmamento, las imágenes mágicas de las nubes y el aire y el mar. Conocía los demonios que envían sueños bajo la luna. Comprendía la resurrección del Ave Fénix. Podía interpretar el vuelo de los cuervos, el rumbo de los peces y las ideas ciegas de los hombres. Tenía el don de la profecía”. Extraído de la novela “Lancelot y Ginebra”.
EL FIN DE MERLIN
Nimue era una poderosa hada que vivía en el lago de Comper. Fue ella quien le dio Excalibur a Arturo y fue quien crió a Lancelot y lo convirtió en caballero. Lancelot, el hombre que conquistó el corazón de Ginebra traicionando a Arturo.
Cierto día Merlín se internó en el bosque buscando paz y sosiego. Cerca de la fuente de Bareton conoció a la bella Nimue y se enamoró de ella. El le propuso que se convirtiera en su alumna y ella aceptó gustosa.
Cierta vez, Nimué con aire ingenuo le formuló la siguiente pregunta:
"Mi Señor, ¿cómo puedo aprisionar a un hombre sin muros ni cadenas?".
Merlín, asombrado, al principio se mostró remiso en enseñarle el secreto, pero finalmente bajo el influjo de sus encantos, le reveló el hechizo.
Con astucia, el hada, comenzó a entonar una bella melodía que durmió a Merlín al pie de un roble.
Luego, Nimué dibujó nueve círculos sobre él creando una prisión de la que no podría salir jamás.
Desde entonces, Merlín, el gran mago, yace en la Isla de las Hadas, sin vivir, sin morir...y sólo será liberado cuando un mago de corazón puro destruya el sortilegio...
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